La leche materna es el mejor alimento para el lactante durante los primeros meses de vida. Cubre las necesidades nutricionales del bebé por su adecuado crecimiento y desarrollo físico y desde un punto de vista emocional le asegura el establecimiento de un buen vínculo madre-hijo y una adecuada relación de apego seguro con la madre.
La superioridad de la leche materna sobre cualquier otro alimento (leche de fórmula artificial) para la nutrición y desarrollo del bebé durante los primeros meses de vida queda bien demostrado en numerosos estudios científicos. El niños alimentados con leche materna tienen un menor riesgo de sufrir muerte súbita del lactante y muerte durante el primer año de vida, así como de sufrir infecciones gastrointestinales, respiratorias y urinarias, y de que éstas sean más graves. A largo plazo, los niños que han recibido lactancia materna sufren menos dermatitis atópica, alergia, asma, enfermedad celíaca, enfermedad inflamatoria intestinal, obesidad, diabetes mellitus o cáncer. Además también tienen menos riesgo de sufrir hiperactividad, ansiedad y depresión.

Por todos estos motivos la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Española de Pediatría recomiendan la alimentación exclusiva al pecho durante los primeros seis meses de vida del bebé y continuar con la lactancia junto con otros alimentos que complementan la alimentación hasta los 2 años o más, mientras madre e hijo lo deseen.
La lactancia materna incrementa las necesidades de calorías diarias y de algunos nutrientes, fabricándose a partir de los depósitos de nutrientes de la madre. La dieta de una madre lactante debe ser variada y equilibrada, sobre todo con ingestas suficientes de proteínas, vitamina D, calcio y yodo porque la leche materna tenga una composición adecuada. Especialmente importantes son los ácidos grasos omega 3, que intervienen en el desarrollo cerebral del bebé. La madre les puede incorporar comiendo pescado azul, y sobre todo evitando los peces de tamaño grande como el pez espada y el atún, que contienen más mercurio que el pez pequeño. Además, uno de los beneficios de la lactancia para la madre es que ayuda a perder peso después del parto cuando se combina con ejercicio físico.
También es importante asegurar un buen aporte de líquido para garantizar una buena hidratación y producción de leche. No se ha demostrado que ningún alimento ayude a producir más leche. El mejor estímulo para tener una producción adecuada es que el bebé vacíe el pecho, y por tanto, la lactancia sea a demanda sin restricciones. Hay que tener presente que la madre debe evitar el alcohol, ya que es un tóxico y pasa directamente a la leche. En relación a la cafeína, se aconseja una ingesta baja para evitar la sobreestimulación e irritabilidad del bebé. El dietista-nutricionista es el profesional sanitario que puede ayudarte a planificar una alimentación variada y equilibrada que contenga los nutrientes necesarios para ti y tu bebé. Además, te puede informar de los alimentos o hierbas deberían evitarse durante la lactancia.