Se trata de un trastorno endocrino y metabólico, siendo más frecuente entre mujeres jóvenes. El mal funcionamiento de los ovarios y el exceso de hormonas masculinas provocan que la mujer manifieste vello, acné, caída de cabello, irregularidades en la menstruación y obesidad abdominal.

Hay presente una resistencia a la insulina que provoca una dificultad en la metabolización de los hidratos de carbono y, por consecuencia, una mayor probabilidad de desarrollar sobrepeso u obesidad. El tratamiento de esta alteración endocrina pasa por la práctica de ejercicio físico, el seguimiento de una dieta moderada en hidratos de carbono y el mantenimiento de un peso correcto, si bien algunos fármacos pueden ayudar también en este trastorno tanto prevalente hoy en día en las mujeres.