El carcinoma diferenciado de Tiroides (CDT) constituye la neoplasia endocrina más frecuente con una incidencia anual que oscila entre el 0.5 y el 10% por 100.000 habitantes/año en diferentes partes del mundo.
Bajo el epígrafe de CDT se engloban básicamente dos tipos de tumoraciones: el carcinoma papilar y folicular ambas derivadas de las células foliculares tiroideas. Se pueden subclasificar en diversos grupos de acuerdo a sus características histológicas.
Los datos de supervivencia del carcinoma diferenciado de tiroides según las distintas series son muy similares : del 80-90% a los 10 años, del 70% a los 20 años y del 60% a los 30 años. Durante el seguimiento, el 5-20% de pacientes desarrollan recidivas locales o regionales, y el 5-10% metástasis a distancia que generalmente aparecen durante los primeros 5 años, aunque pueden hacerlo varios años después. El riesgo de recidivas y de aparición de metástasis a largo plazo determina que el seguimiento de estos pacientes deba ser continuado durante toda la vida.
En los últimos años se han analizado diversas características del paciente y de la enfermedad (tumor propiamente dicho) como factores pronósticos, intentando diferenciar los pacientes de mayor riesgo de los de menor riesgo, y se han desarrollado múltiples métodos de clasificación :AMES, AGES, MACIS, NCDB etc. En todos ellos, el tamaño del tumor primario, junto con la existencia o no de metástasis, constituye uno de los factores pronósticos más importantes.
Si bien desde ciertas escuelas se defiende una actitud conservadora en el tratamiento del CDT, amparándose en su curso generalmente indolente, lo cierto es que en base a los trabajos publicados hasta la fecha, se establece que uno de los principales factores pronósticos en lo que se refiere a supervivencia de los pacientes, lo constituye el haber realizado un tratamiento ablativo (quirúrgico/ radioyodo) de la glándula tiroidea.