Es la alteración más frecuente de la glándula tiroides, principalmente en mujeres jóvenes.
Significa que la glándula no es capaz de fabricar suficiente tiroxina (T4 baja). Como consecuencia de ello la hipófisis intenta compensar esta situación haciendo que la tiroides trabaje más (TSH alta). Los síntomas se caracterizan por cansancio, fatiga, aumento de peso, piel seca, hormigueos, caída de cabello. La causa más frecuente suele ser autoinmune (las propias defensas -anticuerpos- que el organismo produce) “agreden” el propio tiroides, inflamando y haciendo que no trabaje bien, situación que se conoce como enfermedad de Hashimoto. Suele requerir tratamiento crónico sustituyendo la falta de tiroxina.