El tratamiento de los nódulos tiroideos mediante ablación percutánea por radiofrecuencia consiste en la vaporización por alta temperatura (60-100ºC) de estos nódulos, mediante una sonda de radiofrecuencia introducida en el interior del nódulo (aguja especial). De este modo, se frena su crecimiento, disminuye su volumen progresivamente (60-80% en 1 año) y desaparece la posible sintomatología compresiva existente.

Resulta una alternativa válida en casos no quirúrgicos de nódulos benignos, pero no se recomienda en grandes nódulos con extensión intratorácica.
El procedimiento se realiza en una sala de radiología intervencionista, preparada específicamente para esta práctica, bajo un régimen ambulatorio, sin ser necesaria la hospitalización y pudiendo realizar vida normal después del alta hospitalaria.